PRENSA

en muchos países hay campañas de 
"hagamos de este un país de lectores"
no me gustaría hacer 
de ningún país del mundo
un país de lectores
entre otras cosas porque después muchos de ellos
se ponen a escribir
y después los entrevistan en los medios
y entonces pasan a ser la "opinión autorizada"
sobre la literatura
de la que nada podrán saber jamás

COOLTURAL III. BYE BYE KING: CON B DE BLUES

B. B. King (1925- 2015), el Rey del Blues durante más de seis décadas, acaba de morir este pasado jueves 14 de mayo en Las Vegas, Nevada, a los 89 años de edad. Riley Ben King, «B. B. King», daba más de trescientos conciertos por año. «Soy del campo, así que estoy acostumbrado al trabajo duro», dijo el músico alguna vez. Con él se queda en silencio todo un tiempo irrepetible: Adiós a B. B. King. 

B. B. King triunfaba en grandes festivales europeos y en modestos clubes ante ingenuos auditorios de endomingados oyentes provincianos. Toda su vida hizo las dos cosas. Nació en una familia pobre, en una chacra en medio de una plantación de algodón entre los poblados de Itta Bena y Berclair, y de adolescente cantó en el coro de gospel de una iglesia cuyo predicador le enseñó a tocar sus primeros acordes de guitarra, en esos años en los que recogía algodón y ganaba un centavo por libra en Arkansas, en Lexington, en Indianola, años difíciles de bares de música en el delta del Misisipi: Adiós a B. B. King.

«Bluesman» hasta su último día, B. B. King fue uno de aquellos músicos que tanto podían subirse a un tractor como a un escenario. Uno de aquellos hombres sin instrucción, dinero ni modales, pero que, con una guitarra… no, qué estoy diciendo: que con una lata vacía de tabaco, de aceite o de galletas, atada a un palo con dos clavos y un alambre tenso de clavo a clavo, podían sacudir, al ritmo de su voz, todo el tercer planeta: Adiós a B. B. King.

«Well, bye-bye baby,
I hope we meet again
You won’t be so evil
when you won’t have too many men
You’re gonna miss me baby
Yeah, you’re gonna miss me
Yeah, you’re gonna miss me woman
when I’m dead and gone…»




The King of Blues is dead! Ha muerto el rey del blues. 
Buen viaje, majestad. Naciste del encuentro fortuito de seis cuerdas y un milagro en un cruce de caminos. 
Los que nos quedamos aquí, te seguiremos escuchando.
Adiós a B. B. King: Con B de Blues.

COOLTURAL II. SECUENCIAS AUTÓNOMAS

«En aquel tiempo vivía varias vidas, me movía en secuencias autónomas: la serie de los amigos, del amor, del alcohol, de la política, de los perros, de los bares, de las caminatas nocturnas»: así empieza la última novela de Ricardo Piglia (Adrogué, Buenos Aires, 1941), una de las voces más reconocidas de la literatura argentina actual, cuyo nombre completo, Ricardo Emilio Piglia Renzi, si reparamos en que el del protagonista de esta obra es Emilio Renzi, nos da una pista sobre lo autobiográfico en esta novela. A partir de la tesis de que en la modernidad cierta hegemonía del «yo» ha generado una tendencia autobiográfica en la ficción, Damián Cabrera analiza a partir de algunos de esos postulados El camino de Ida en el siguiente artículo: El camino de Ida y las personas en Ricardo Piglia: Secuencias autónomas, una lectura recomendada para visionarios secuaces del Cooltural: los únicos lectores que siempre están de vuelta.

COOLTURAL I. UN PERSONAJE DE VÉRTIGO: EL GENERAL BELAIEFF

Iván Timoféyevich Beliáyev Polskai, nacido en Petrogrado en 1875, y conocido en Paraguay como Juan Belaieff, dejó su tierra natal tras la revolución bolchevique de 1917 y llegó a Asunción en el vapor Berna el 8 de marzo de 1924. 
Muchos años antes, el joven Belaieff, casi un niño aún, un día, había encontrado, en el desván de una finca familiar, un viejo mapa, perteneciente, al parecer, a su bisabuelo: era un mapa de la capital paraguaya. Un mapa que se revelaría, al cabo de su existencia extraña y vertiginosa, como el remoto presagio de la singular aventura de su vida. 

El 20 de abril, en la sede de la Embajada de la Federación de Rusia en Asunción, se celebró la memoria de Juan Belaieff, antropólogo, lingüista y militar que se convirtió en parte de la historia de Paraguay, el país en el que murió en 1957. 
«Veo al general, entrado en años, amanecer en la orilla del río, mirando a los hawatus y otras aves que vienen de lejanos países a descansar de su largo vuelo. Quizá piensa en su destino y en su predestinación, en sus familiares, en su Rusia Santa, en sus sueños cumplidos. A su derredor reinan la naturaleza y la soledad de un hombre ruso en la tierra paraguaya»: así nos habla de este exiliado misterioso Su Excelencia Grigory Mashkov, embajador de Rusia, en un hermoso artículo: Vida y destino de un general ruso y paraguayo: Iván Belaieff. 

BUENAS NOTICIAS: UN ESCÁNDALO

Por el escándalo y los ataques de asma, sarna, hipo, gritos y llantos que produjo (inesperadamente para mí, que ni siquiera sé quiénes son –no las recuerdo, al menos– esas gentes que se sintieron, por lo visto, tan afectadas), antes de compartir con los lectores las nuevas del Cooltural de ayer, cumplo con alzar esto, jejejejé: MADRES GLAM, un artículo que hizo escupir espuma con bilis –además, claro, de las inevitables ponzoñas y bajezas, a unas cuantas de las personas más reconocidamente enchufadas, influyentes, estúpidas e iletradas de Asunción.

AQUÍ ESTOY

Aparte de un pequeño milagro que se puede atribuir al sueño, aparte de los ocasionales susurros que escucha la protagonista llamándola y moviéndola y que se pueden atribuir a una perdonable personificación de la expectativa y la esperanza, todo en I Am Here está contado en la clave de la realidad: el cuerpo falla y sangra, las conversaciones son malentendidas, el dinero que multiplica las posibilidades puede también multiplicar la soledad, en Europa del Este hay muchas hermosas prostitutas, se puede hacer en menos de doce horas de carretera el recorrido del espacio que hay entre Copenhague y la frontera checa, la ambición es la ansiedad que nace de presentir la cercanía de la muerte. 

De la más reciente película del director de cine danés Anders Morgenthaler (Copenhague, 1972), protagonizada por Kim Bassinger, "Aquí estoy", I Am Here, especie de fábula sobre ciertos inevitables, peligrosos, desesperados viajes que a veces emprende el deseo para intentar convertir los sueños más profundos en realidad, hoy en el Cooltural nos habla Wilson Villalba.

EL PACTO SECRETO

Es difícil fijar con precisión el momento a partir del cual López y cada paraguayo tuvieron del todo claro que solo seguían peleando para morir dignamente. Quizá fue el 16 de agosto de 1869, cuando, en Acosta Ñu, unos tres mil niños paraguayos con falsos bigotes pintados con carbón enfrentaron a veinte mil soldados imperiales. Quizá fue cuando López se internó en la selva con muy pocos soldados, seguido por mujeres, niños y viejos. Quizá fue mucho antes. Pero en algún punto todos tuvieron que saberse muertos: era obvia su suerte de ejército de sombras que iba solo a dejarse los restos de la vida en lo hondo del monte para acabar sin entregarse al enemigo. Probablemente lo sabían ya hacía mucho cuando, en Cerro Corá, al fin, el 1° de marzo de 1870, las tropas imperiales rodearon a López, su mujer, Elisa Lynch, Panchito y sus otros hijos y cerca de cuatrocientos hombres.

Eran veinte veces más y tenían armas de precisión y caballería, pero hubo que ofrecer una recompensa por la cabeza de López para que los soldados del Imperio se atrevieran a ir por ella: cien mil libras esterlinas.

Todo el relato de este conflicto bélico es muy singular, pero a partir de aquí entra en el área brumosa de lo colosal y del asombro.

Hasta los más rutinarios entre los libros de historia se transmutan en libros de otro género cuando empiezan a sucederse estas escenas absurdas que en realidad forman parte de una fábula antiquísima y extraña, más vieja que los tiempos reales de esta guerra.

Anteayer, viernes 1° de mayo, se cumplió un siglo y medio (1865-2015) de la firma del documento que cambió para siempre la historia de Paraguay. Julián Sorel nos habla hoy en el Cooltural de este PACTO SECRETO.