lunes, 3 de febrero de 2014

JIJAU


¡Ay, buaaaaaaah, snif, snob, blef, hip, hop, estoy taaaaan arrepentida de haber leído a esos "charlatanes" (como dice el gran gurú) de Ariés, Kierkegaard, Heidegger, Weber, Foucault, etcétera, sin darme cuenta de que todo lo que no se estudia en laboratorio -como, por ejemplo, la teología, el psicoanálisis y la astronomía (¿eeeh? huy, no, me parece que la astronomía sí le gusta a don Bunge) es pura pseudociencia, y de que todo lo se gesta en esas inmundas mentes de hoy como “historia” es puro oscurantismo, buaaa!
¡Pero he visto la luz! Y por eso, en señal de gratitud, reconocimiento eterno y perruna lealtad, de mi parte y de parte de todos los demás indiecitos microcéfalos suramericanos a los que él, anglosajón wannabe u honorario, nos dice cómo tenemos que pensar y cómo no, le voy a enviar a don Bunge un collar de plumas de ñandú y un hueso de llama, ¡sí, señor! ¡Jijau!, digo ¡jau!



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